EXPOSITION « VAL » DE LA PHOTOGRAPHE SANDRINE EXPILLY

Tallar, trazar, modelar, modificar, organizar, fragmentar, desmenuzar, dominar (un poco), domar (apenas), contener estas montañas infatigables y sus vertiginosas laderas siempre dispuestas a desbarrancarse y cambiar de forma. Aquí, en el valle del Romanche, por su verticalidad, el hombre se ve envuelto por y en las montañas, los verdes ácidos puros de la primavera, o los verdes más oscuros del verano, dan paso a los rojos y dorados del otoño, luego un paisaje más monocromo en tonos gris marengo viste e inunda el valle, las tonalidades del gneis, las anfibolitas y otras rocas varían del verde azulado al negro pasando por toda una gama de grises.

Crecí en "La petite route de l'Oisans". Desde Vizille, la tomábamos para llegar a las altísimas montañas del macizo, ida y vuelta en coche, niebla tardía en el valle, gigantescas paredes rocosas, fábricas, un río caudaloso, hermosas crestas. Rara vez parábamos, pues poca gente lo hace. La carretera del peaje de Vizille a Rochetaillée atraviesa el estrecho valle Romanche, también conocido como valle del Livet o gargantas Romanche. La carretera oscila entre el encanto anticuado de las centrales hidroeléctricas y las fábricas en desuso, la belleza sublime y a la vez agreste de las gigantescas montañas y la fealdad de los restos industriales y los comercios abandonados, como tantas huellas de una rica historia industrial y humana.

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