Llego en cura
Y llegó el gran día. Mis maletas ya están en el maletero, el itinerario preparado en Mappy y el dueño del apartamento que he alquilado me espera a última hora de la tarde.
Después de tres horas de viaje, por fin llego a Le Boulou. Voy directamente a mi alojamiento. Allí me recibe mi anfitrión, quien me ayuda a bajar las maletas y me enseña el piso. Sobre la mesa del comedor hay una pequeña cesta con una botella de Muscat de Rivesaltes y algunas golosinas. Ya me siento en país catalán.
Hacemos juntos el inventario. El propietario me explica cómo funcionan los electrodomésticos, yo le entrego mi cheque de depósito y él me deja una tarjeta con su número de teléfono para cualquier cosa que necesite. Una acogida de lo más agradable.
Tras una noche de sueño reparador, tengo el día libre ya que mi cita con el médico termal es al día siguiente. Aprovecho para conocer un poco el lugar. Salgo a pasear a pie por el centro de Le Boulou. Después de recorrer la «Rambla», una bonita calle comercial, me dirijo a la Oficina de Turismo para saludar a Stéphanie, quien tan bien me atendiera por teléfono hace algunas semanas.
Esta vez me recibe Charlotte, muy sonriente. Me propone el Thermal Pass. Lo he visto en la Guía Práctica, es una libreta gratuita de privilegios para quienes siguen una cura termal. Por suerte llevo en mi bolso el comprobante de la Seguridad Social que certifica que soy agüista. Charlotte me explica detenidamente las opciones que tengo y me pide que rellene un breve formulario. Después me sugiere algunas ideas de salidas y excursiones organizadas. Decido apuntarme a la visita guiada de Stéphanie que tendrá lugar al día siguiente.
Parece que en estas tres semanas no tendré tiempo de aburrirme. Le Boulou y sus alrededores ofrecen una amplia oferta de posibilidades y lugares de interés. Hasta hay transportes por 1 € saliendo de la localidad, propuestos por el Consejo Departamental de los Pirineos Orientales. Salgo de la Oficina de Turismo con la carpeta repleta de folletos, además del bolígrafo con la efigie de Le Boulou que me han regalado. Aprovecho para hacer algunas compras para esa noche antes de regresar tranquilamente al piso, dado que al día siguiente comienza mi cura termal.